Lectura A1: los vecinos de Lola

No tengo una casa muy grande, es verdad. Vivo, como muchos españoles hacen, en un piso pequeñito en el centro de una ciudad. Vivir en un piso significa tener que compartir el espacio con muchas personas. Los vecinos son como una lotería, ¿no crees? ¡Todo depende de tu suerte! En mi edificio, viven más de 20 personas, pero yo solamente conozco a unos pocos. 

En el piso de arriba, el 4º 2ª vive una familia que parece muy tradicional, como en las películas: un padre empresario, una madre profesora en la universidad y dos niños (una niña de ocho años y un niño de seis años). Tienen un perrito muy pequeño que tiene mucho, mucho pelo. Si no conoces a esta familia, parecen personas «comunes». Como decimos en español personas “normales y corrientes”. Pero el niño es un poco especial. Se llama Toni. Muchas veces veo a Toni preparado para ir a la escuela: él viste muy elegante, como un adulto y él no lleva una mochila como los otros niños, él lleva un maletín. Me dice: “buenos días, señora, qué mal tiempo hace hoy, ¿verdad?”. A veces va con su hermana mayor, pero la hermana no habla nunca, solamente mira con cara enfadada a todo el mundo. Siempre que llevan a pasear al perrito el niño lleva de la mano a su hermana mayor y de la otra mano a su mascota, que tiene tanto pelo que no puedes ver sus ojos. 

En el piso de al lado de esta familia, en el 4º 3ª viven dos hombres. Creo que ellos tienen, más o menos, treinta años. Están casados y son autónomos. Ser autónomo en España es muy difícil y estresante. Por esa razón (creo) que los dos están calvos. Ellos intentan muchas veces decirme de qué es su empresa pero la verdad es que no lo sé. Creo que trabajan de algo muy moderno que no entiendo.

A mi lado vive una vecina terrible. Ella se llama Maricarmen y tiene sesenta y cuatro años. Pero creo que ella miente cuando le preguntas su edad, así que probablemente tiene más años. Es una mujer muy maleducada. Siempre que nos vemos en la escalera, ella sube a su piso muy deprisa para no saludarme. Por la noche ella hace mucho ruido, mueve muebles de su casa y escucha una música muy extraña. 

La última vecina de la que yo quiero hablar es una chica extranjera, ella no es española. Puedo ver la ventana de su habitación desde mi salón. Ella tiene muchos gatos, creo que nueve o diez. Y creo que ella es informática porque pasa muchas horas en su ordenador. Es pelirroja y muy alta y delgada. Es curioso pero ella siempre lleva camisetas de gatos, mochilas de gatos… creo que es una loca de los gatos. Es muy amable, siempre que me ve en mi ventana, ella me saluda desde lejos, con una gran taza de café.

¡Me encanta vivir aquí!